25 dic 2012

F****** perfect.


 

Olvídate tú que puedes.
Olvídate tú que no me quieres.
Olvídate tú por mí.

6 dic 2012

Si puedo escapar, es con la mente

De qué me sirve salir de esta inmensa ciudad,
si de quien pretendo huir, seguirá dentro de mí,
y eres tú, eres tú...


2 dic 2012

Si quieres tenerme, sólo grita mi nombre...

Una vez más, me dejo transportar por la música, dejar que sea la banda sonora de mi vida y descubrir todas las sensaciones que despierta en mí. No puedo dejar de escuchar estas canciones, me hace pensar en todo, desde el principio, y sobre todo, ver la cuarta etapa: la realidad.


Febrero de 2008. Todavía recuerdo la primera vez que te vi. Creo que nunca podré borrar esa imagen de mi cabeza. Dicen que para que algo nos guste primero tiene que entrar por los ojos, tú entraste directa a dar un vuelco a mi corazón. Si entonces hubiera sabido por todo lo que iba a pasar a lo mejor me habría pensado dos veces el conocerte, pero ahora sé que eres una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, y que si pudiera, volvería a conocerte cientos de veces.


El sueño. ¿Lo imposible puede llegar a ser posible? O mejor dicho, ¿podemos conseguir lo improbable? Miles de historias, de noches, tantas cosas compartidas, vividas. Te veía como mi mayor sueño inalcanzable, sabía que jamás podría llegar a estar contigo, eras demasiado para mí. Pero ahí estabas tú, para ayudarme a soñar, y soñar conmigo. Poco a poco, tanteando el camino, hasta que un día explotó. Todavía me acuerdo, casi muero esa noche, no sé si de miedo o de ilusión. Y es la sensación de que tu mayor sueño está al alcance de tu mano, la que te hace vivir en una nube, y actuar sin saber qué estás haciendo realmente. Y el miedo a dar un paso más acecha, miedo al rechazo, a que toda tu ilusión se destroce de golpe. Sabes que estás poniendo en juego cada pedazo de tu ser, que serías capaz de entregarlo todo, sin condiciones. Demasiados riesgos tal vez, pero, ¿por qué vale la pena la vida, si no corremos riesgos?


Lo de fuera. Tú, ahí estás tú. Tan perfecta a mis ojos y a la vez tan inalcanzable. Pienso que cada uno tiene su propia idea de perfección, yo encontré la mía gracias a ti. Me encantas, me gusta todo de ti. Sé que sí, que "todos tenemos defectos", y por eso muchas veces he intentado buscarte aunque sólo sea uno, no puede ser que seas tan perfecta para mí, pero todavía sigo buscando... Y es que podría darte cien mil motivos para explicarte por qué...


Lo de dentro. Y es que nadie sabe todo lo que he llevado, y llevo, por dentro. Las noches en las que reí o las que lloré. La de veces que me habría arrancado el corazón del pecho para dejar de sufrir. Y es que el amor puede llegar a ser lo más doloroso del mundo, al igual que es el mismo que te puede dar el mayor placer. Demasiado contradictorio tal vez. Y es que ardo por dentro cuando pienso en rozar tus labios, en tus besos, tu aroma, tus manos, tu cuerpo y mi cuerpo unidos en un abrazo eterno. Y muero cuando despierto, abro los ojos, y no te encuentro.


La realidad. Y de pronto un día decidiste quedarte a vivir en mi pensamiento. Y aquí estoy, contigo pero sin ti. Y es que somos dos tontas que nunca aprendieron a hacer las cosas bien, que siguen sus propias reglas. Esas reglas de las que no conocemos los límites. Y sé que lo mejor que me ha pasado es sobre pasar todos los límites contigo, y a pesar de si esté bien o mal, es algo de lo que jamás me arrepentiré.

Y me busco en la memoria el rincón donde perdí la razón, y la encuentro donde se me perdió cuando dijiste que no... Y ya hace tiempo que acepté que hasta que pierda uso de razón, vivirás conmigo, día sí, y día también.

La realidad es... que estoy loca por ti.

Si no te vuelvo a ver, no quiero despertar; la realidad no me abandona.