Hay algunos primeros besos que hacen que tu vida entera se desequilibre. Incluso si uno no quiere aceptarlo, es así. Esos primeros besos te pillan por sorpresa, sin previo aviso. A veces sucede con el segundo beso, aunque éste ocurra quince años después del primero.
-Ahora vuelve a dormirte y no escuches el ruido de la puerta cuando la cierre.
-Estás encantadora con esa luz.
-¿Puedes prometerme una cosa?
-Lo que tu quieras.
-Si nuestros caminos vuelven algún día a cruzarse, prométeme que no me besarás.
-Te lo prometo.
-Que tengas buen viaje. Te mentiría si te dijera que no te voy a echar de menos.
-Pues no me lo digas. Que tengas un buen viaje tú también.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario