30 jul 2010

Comienzo

Hace algún tiempo, mi corazón decidió que una gran amiga diera un paso más, no sé cómo fue, tal vez fue causa de las tonterías que ambas compartíamos, del ir conociéndola más profundamente, de sentirla cada vez más necesaria dentro de mí, pero la cuestión es que se ganó un trozo considerable de mi corazón sin darme cuenta.

Poco a poco me fui percatando de ello, al principio tuve miedo, mucho miedo, ¿qué clase de locura estaba cometiendo?, y busqué la primera solución fácil que encontré para librarme de ello, intenté vendar mis sentimientos e imponer los mios propios. Qué equivocada estaba, no sirvió para nada, tal vez sólo para incrementar lo que ya llevaba por dentro. Me dije que eso se tenia que acabar, que no llevaba a ninguna parte, y que sólo iba a conseguir causarme dolor.

Pero no conseguía sacarla de mi cabeza. Escribí, escribí todo lo que sentía y entonces me di cuenta de las dimensiones del problema. Pero de repente, un día sin venir a cuento apareció, y me dio un inmenso regalo, un abrazo que me llego al alma y su mano la que nunca hubiera querido soltar.

Ahí explotó, me di cuenta de lo perdidamente enamorada que estaba. Quise gritar, llorar, huir. Desaparecer, olvidarme de todo. Pero de pronto, paso algo que no esperaba ni por asomo, ella también lo sintió. Ahí sí que se me vino el mundo encima, ¿qué quería decir todo aquello? ¿qué sentido tenía?

Al momento empecé a soñar, pero pronto me puse los frenos. Ella tenía en ese momento todo lo que quería, y yo no soy quién para entrometerme donde no me llamaban. Y el tiempo empezó a pasar, y entonces me di cuenta de que no podía sacarla ni un minuto de mi cabeza, ¿qué me estaba pasando?

No quería sentirlo, pero no podía controlarlo. Estaba empezando a vivir en las musarañas. En un último momento busqué la huida fácil desesperada, pero me di cuenta de que no servía absolutamente para nada, mi ser ya había guardado su esencia.

Mi viaje, sí, me iba de viaje, de pronto se me planteó como una solución, ir, borrón, y cuenta nueva, ¿por qué no? Pero en el fondo sabía que no era lo que quería ni por asomo. Aun así, decidí no darle señales de vida durante ese tiempo, por mucho que me costara, pero así lo hice, tan sólo en el momento en que era necesario. Ella tampoco me las dio, seguramente fue culpa de mi queridísimo móvil, pero sentí que se había olvidado de mí, y un miedo inmenso se apoderó de mí en mi interior, y crecía más y más a cada momento.

Mi queridísima estrategia sólo me sirvió para darme cuenta de cuánto la necesitaba realmente. Volví, con miedo a lo que me pudiera encontrar, y de pronto, allí estaba ella, esperándome, el corazón me dio un vuelco, no se había olvidado de mí, y una enorme paz me invadió por mi interior.

De repente volví a hacerme ilusiones, me deje llevar por sus palabras, y volví a soñar, pero esta vez como nunca. Mis ansias crecían más y más. Pero, de pronto, me estrellé contra un muro, la realidad.

Empecé a pensar si estaba bien todo lo que estaba haciendo, y me di cuenta de que no. Ella no es a mí a quien quiere realmente, y dudo de que eso cambie en un futuro próximo. Ahora todo está gris, triste, vacío. Siento que le falta algo para saciarse de felicidad, y ello me duele, algo que no encuentra, pero que tiene miedo a buscar, y que yo no se lo puedo dar porque no soy la persona indicada. Pero es la vida que ella ha decidido, y por mucho que yo no quiera, es así, y no me queda mas que aceptarlo.

Y ahora me atormento. No sé qué es lo que debo hacer, ni muchísimo menos qué es lo correcto, ¿desaparecer para siempre, tal vez? Sí, seria una bonita solución, increíblemente dolorosa, pero tal vez la más acertada. Pero no, no tengo valor para ello, sinceramente no sé ni como puede llegar a pasárseme por la cabeza, porque en estos momentos es prácticamente la mitad de todo lo que tengo.

¿Qué debo hacer, pues? Dejar pasar el tiempo, y que él decida; pero decidir, ¿qué? ¿acaso hay algo realmente que decidir? Y si es así, ¿acaso hay algo por lo que pueda realmente luchar? Si es así, si realmente tengo la opción de luchar, prometo que moveré cielo, tierra, mar y aire; soy capaz de hacer lo inimaginable.

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