13 jul 2011

Difícil

A veces queremos pensar que las cosas son mucho más fáciles de lo que realmente son, a pesar de saber en el fondo que no es así, mantenemos esa esperanza porque sino posiblemente seríamos incapacez de realizar la mitad de las cosas que hacemos.

Pero hay días, momentos, que hacen que esa esperanza se derrumbe, y aflore la contraria, esa que llevas reprimiendo durante un tiempo indefinido en lo más hondo de ti. Y entonces dudas, comienzas a dudar de todo lo que habías tenido tan claro.

Lo negro ya no es negro, y lo blanco no es tan blanco. Ves la cruda realidad ante ti, y haces lo imposible para inventarte la tuya propia y no querer aceptarla. Piensas que no va a ser así, aunque ya está siendo así, pero haces lo imposible por negarlo. Engañarse a uno mismo, tratamos de engañarnos continuamente en muchos aspectos para conseguir que todo sea más llevadero.
Pero, ¿y si no nos contentamos con engañarnos?

Y si lo que queremos es algo más, que ocurra algo que lo cambie todo, que las cosas lleven a un fin determinado, y sean más claras, librarnos de la incertidumbre, ¿entonces, qué?



Pero, tal vez, eso ya esté ocurriendo, y no quieras reconocerlo, pero está ante tus narices, así, sin tapujos y sin más. El problema es que tal vez no están siguiendo la dirección que tú tanto ansías. Mejor engañarse. Y duele.


Hay cosas que es mejor no saber nunca.

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