20 jun 2012
A veces... hay que perder para ganar
El tiempo funciona
sin pilas. Los trenes no esperan y se largan. Los capuchones de los
bolígrafos se pierden. Las palabras son inversamente proporcionales a
todo lo que queremos decir. La batería de los móviles siempre falla. Las
miradas ya son sin compromiso. La música pierde interés por sus
letras. Los ordenadores tienen un chip para no querer volver a
encenderse cada dos años. Los zapatos se desgastan. Los sueños siempre
llegan con retraso. El pasado te hace rebobinar tu vida. Los días martes
y trece conspiran contra ti. Los besos se agotan. La esperanza
desespera. Las leyes se imponen sin venir a cuento. Los lunes son
odiosos. Las relaciones se destiñen. Los compromisos se desentienden.
Las luces se funden. Tu maleta pesa más de la cuenta. Los autobuses
marean. Los sentimientos se confunden. Los semáforos siempre se ponen
colorados si los miras. Los bordillos están dónde no te los esperas. Las
prisas te retrasan. Los momentos son instantes. Los perros ladran por
que sí. Y los gatos son muy perros. Los malos son muy malos y los buenos no tan buenos.
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