Hoy tengo que gritarle al viento una
vez más la pregunta que llevo estancada en lo más profundo de mi
alma y de mi ser, esa que no me deja vivir, la que mantiene la
esperanza en lo más hondo y que me reconcome por dentro. ¿Hemos
perdido ya nuestra oportunidad?
Sé que no soy yo la que tiene la
última palabra. Y a pesar de todo, no lo quiero saber, ni para bien
ni para mal. Prefiero vivir en la ignorancia.
Dicen que los cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. Tal vez estén muy equivocados. O tal vez esto nunca haya sido un cuento de hadas, ni mucho menos, tan sólo un camino sin salida.
¿Hora de retroceder?
Es el final que no quisimos... pero que llegó ... ¿llegó?
¿Hora de retroceder?
Es el final que no quisimos... pero que llegó ... ¿llegó?
Si tú me dices ven, lo dejo todo, pero dime ven.
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