27 may 2012

Debe haber sal dentro de esa mirada que me cura tanto...

¿Alguna vez te has levantado con un nerviosismo que te dice que ese día va a pasar algo importante, aunque no sepas el qué?
A mí me pasa siempre que va a ocurrir algo, y esta vez, no podía ser menos. Pero jamás pensé que uno de mis mayores sueños se iba a hacer realidad.

Dicen que puedes imaginarte las cosas millones de veces, pero nunca adivinarás qué pasará exactamente, qué sentirás, ni cómo será. Y tienen absolutamente toda la razón.

Todavía estoy en shock. Sé que esto no está bien, pero también sé que no aguantaba más, y que me era imposible negarme.

Es como soñar despierta. Verte, sentirte cerca. En mis brazos. No puedo describir la sensación que me recorre todo el cuerpo. Rozarte, tocarte. Eres tú de verdad.

Mis oídos aún retumban... bésame... Y cómo no hacerlo.

Te necesitaba, no sabes hasta qué punto.

Para el tiempo. Que nunca se acabe esta noche.

Todo está empañado alrededor. Siento tu calor. Me llevo tu olor.
Y una promesa: te esperaré.

¿Y si ahora quiero morder tus labios una vez más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario