24 ago 2010

“No puedo colmarte ni de joyas ni dinero, pero puedo darte un corazón que es verdadero”.


Tal vez esté más cerca que nunca, pero tengo miedo, me da miedo lo que pueda pasar, porque ahora mismo me puedo ilusionar más que nunca, y es algo que no debo hacer, bajo ningún concepto.

Me gustaría que pasaran rápido estas semanas. O tal vez me gustaría que se detuviera el tiempo. No, la verdad es que no , quiero que avance a una velocidad vertiginosa hasta el día que se resuelva todo este enredo. Pero eso es imposible, así que lo único que puedo hacer es esperar pacientemente a que llegue ese día, si realmente tiene que llegar. Pero mientras tanto, me es imposible desprenderme de toda esta angustia que me rodea y me acompaña en mi día tras día. La angustia de no saber si algún día podré tenerte, si serás para mí. Tal vez esté sufriendo inútilmente, o tal vez todo este sufrimiento me lleve algún día a lo que realmente quiero.


Por más que lo intento, más y más difícil se me hace olvidarte. Sigo sin poder sacarte de mi mente ni un momento, a veces me gustaría saber si a ti también te pasa, qué es lo que tú piensas, pero en el fondo... no quiero saber cual es la respuesta. Me da miedo, mucho miedo. Siempre que creo saber la respuesta, ocurre algo que me hace dudar completamente de que sea esa, y es por eso que me cuesta hacerme tanto a la idea de algo, o simplemente, aferrarme a una idea. Ya no sé que pensar, ni que hacer, ni que camino seguir. Tal vez deba limitarme a que el tiempo me ponga en mi lugar, hasta entonces, sólo puedo esperar.


“A veces, hay que tomar decisiones que cambian nuestro destino.” ¿Será uno de esos momentos?

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