11 ago 2010

Una verdad como un templo

Tú no me lo has dicho, pero yo lo sé. Lo leo en tus silencios, en las palabras que no me dices. Sé que esto ha llegado a su final, pero la verdad, ¿puede tener final algo que nunca llegó?

Interesante pregunta, me paro a pensar... y lo lógico sería que no, pero algo me dice que sí, y de hecho, es eso lo que siento.

Creo que la culpa en gran parte ha sido sólo mía, y ambas lo sabemos, ¿si me arrepiento de mis errores? Más de lo que podrías llegar a imaginar. Pero aún así, en cierto modo, es lo mejor que podría haber pasado. Tal vez era lo que el destino aguardaba, la forma de poder emprender nuestros respectivos caminos seguras de lo que estamos haciendo. Es cierto que este no es el camino que yo quería ni mucho menos, pero es el que me toca, tan sólo puedo aceptarlo.

Qué injusta que puede llegar a ser a veces la vida, ¿no crees?

Si me paro a pensar... creo que la vida siempre ha sido injusta conmigo, lo bueno que me ha dado, me lo ha quitado, y lo que más he anhelado, jamás lo he conseguido, ni conseguiré. ¿Tan mal hago las cosas, para merecer esto?

Hace un tiempo que abandoné mi suerte a la deriva, maldita la hora, ahora... no puedo quejarme por ello, es una decisión que yo misma tomé, tan sólo puedo intentar aceptarlo, y por lo que parece, aceptar que no va a volver.

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