5 sept 2011

Cómo hablar si no encuentro la palabra exacta...


Hoy va de palabras la cosa. Y es que hasta la más insignificante palabra como un “sí” o un “no” puede cambiar completamente el transcurso de nuestra vida.

Siempre intentar saber elegir las palabras adecuadas para cada momento, para poco a poco ir construyendo tu vida, la mayoría de las veces inconscientemente, encaminada hacia un fin. No equivocarse al seleccionar cada una de las palabras de las frases que marcan nuestro destino, a veces, puede llegar a ser una tarea realmente ardua. Pero, qué pasa si nos equivocamos, o no decimos las palabras que deberíamos en el momento preciso. Y si es demasiado tarde cuándo por fin nos atrevemos a decirlas, entonces ¿qué?

Sin darnos cuenta nos habremos predestinado a una vida que no era exactamente lo que queríamos o esperábamos. Y entonces comienza. Empezamos a maldecirnos por no tener el valor en el momento preciso, y por culpa de ello, ahora estamos en una situación que vemos atroz y deleznable. Pensamos que nos hemos autocondenado a una vida que no es la que siempre habíamos ideado.

O tal vez, es el camino de una mejor. A pesar de martirizarnos, de pensar que hemos cometido el peor error de nuestra vida, tal vez hayamos jugado nuestra mejor carta sin ser conscientes.

No estaría mal saber todas tus opciones. Cómo repercutirían cada una de esas palabras y qué fin tendrían cada uno de tus actos. Y así, poder elegir, poder elegir la vida que realmente te gustaría vivir o tener. De entre todas las opciones, la mejor.

Pero, a pesar de todo, la vida es un camino a ciegas que nosotros mismos marcamos. Sólo espero no equivocarme al escoger cada una de esas palabras.
Por desgracia, la verdad es que a veces ni siquiera somos conscientes de ello. Hablar por hablar.

Pero, al final todo se resuelve, aunque sea para mal.


Dicen que si respiras más despacio, el tiempo se ralentiza.

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