A veces es muy difícil admitir algunas cosas, sobre todo si estas nos hacen daño en lo más hondo.
Nos disfrazamos, nos disfrazamos con nuestra máscara de odio y desprecio, como si enfureciéndonos con eso que nos duele se fuera a solucionar algo, o fuera a doler menos. Pero en el fondo, sabemos que nos estamos engañando, que eso no es lo que realmente sentimos, ni lo que pensamos. Sólo lo que nos gustaría creer.
Y hacemos las mil y una cosas que odiamos, que estamos hartos y que nos gustaría dejar de hacer, pero inconscientemente, seguimos, guiándonos por esa maldita ansiedad de la que no nos podemos desprender.
Y sólo una cosa puede calmarte.
Hay tres cosas en la vida que nunca podrán recuperarse: la flecha lanzada, la palabra dicha y la oportunidad perdida.
Hay tres cosas en la vida que nunca podrán recuperarse: la flecha lanzada, la palabra dicha y la oportunidad perdida.
ResponderEliminarque gran frase...