11 oct 2011

Pende de un hilo la esperanza mía


Necesito hablar y librarme de este tormento de una vez por todas. No lo soporto más, me puede y me consume por dentro hasta un punto insospechado. Creo que ya he dado un paso importante reconociendo que tengo un problema, ahora sólo me queda, solicitar toda la ayuda que necesito pero que esta misma ansiedad no me permite. Mañana te voy a contar la verdad, sí o sí, lo mereces por todo lo que haces por mí. Necesito hundirme una vez más en tus brazos, pero esta vez como hace años que no lo he hecho. Necesito tu hombro para llorar larga y tendidamente...

Y me duele. Me duele cada pedacito de mi ser, pero lo que más me duele sin lugar a dudas, es el alma. Está muerta, vacía, desgarrada. Parece que se ha olvidado de sentir. Me gustaría que todo fuera más fácil, sencillo. Tener en mis manos todas las decisiones importantes en mi vida, y ser capaz de dar un giro de 180º para que todo fuera como deseo. Pero no, no puedo, no está en mis manos... de hecho, está demasiado lejos.

Necesito librarme de esta angustia, pero creo que todavía no es la hora ni el momento adecuado. Seguiremos esperando, dejando que crezca más y más en lo más hondo de mi ser... hasta que estalle. *Esperando algo que nunca llegará.

Así que por esta noche, me conformaré por quedarme aquí en la soledad de esta habitación, una vez más, rodeada de gente pero completamente sola, ausente, sin nadie que me dé el mínimo de cariño que necesito para vivir, sin nadie que me entienda y me comprenda. Escuchando esa colección de canciones que siempre se repiten en mi cabeza, y llorando desde lo más profundo de mi ser...

Esta noche, me sangra el alma.

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