Reflexionar admirando a las estrellas, no hay nada mejor que eso. Disfrutando de la tenue brisa del viento, y del silencio. Del más absoluto silencio. Tan sólo oír el sutil movimiento de la maleza, aquel animalillo que corre a lo lejos, tan sólo por su supervivencia...
Y hablar con las estrellas, contarles tus problemas, tus miedos, tus inquietudes... y reflexionar con ellas, identificarte con aquella que brilla intensamente a lo lejos, pero que está aislada, intentado captar la atención de las que están a su alrededor...
Y ver una estrella fugaz, pedir tu mayor deseo con todas tus fuerzas, y sentir que en ese instante puedes comerte el mundo, que todo está a tu favor, que sólo tienes que aprender a mirar las cosas quitándote la venda que durante tanto tiempo está cubriendo tus ojos.
Nada como liberar el alma. Me encanta.
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